viernes, 21 de febrero de 2020

LA HISTORIA DE “NUESTRO PADRE JESÚS”, DE PARÁCUARO

Templo de la parroquia de "Nuestro Padre Jesús", en Parácuaro, Mich.

*Este sábado 22 de febrero celebran la “Fiesta Grande” o principal en honor al patrono de la comunidad


POR AGP

PARÁCUARO, MPIO. DE ACÁMBARO, GTO.- Parácuaro está de fiesta desde el pasado 13 de febrero. El próximo sábado 22 será la “Fiesta Grande” -dicen los pobladores- en honor a “Nuestro Padre Jesús”, antes conocido como “Nuestro Padre de Jesús de los Vaqueros”, aunque originalmente se le nombró: “Jesús de las Tres Caídas”. Los tres nombres responden a épocas diferentes del mismo pueblo, en las cuales la imagen ha estado presente -de alguna manera- milagrosamente, de acuerdo a la creencia y devoción de gente. En 1953 el pueblo se erigió como cabecera de la parroquia de “Nuestro Padre Jesús”.
Imagen de "Nuestro Padre Jesús".
La fiesta de este 2020 empezó desde el 12 de este mes y concluirán el 23, un día después del día principal, que por tradición reciente la “Fiesta Grande” se celebra el sábado anterior al Miércoles de Ceniza; se realiza el fin de semana para que puedan asistir la gente del pueblo que trabajan o viven fuera; incluso, en Estados Unidos. Además de visitantes de la región.

LA HISTORIA DE LA IMAGEN
Sobre la fundación del antiguo pueblo de Parácuaro y la llegada de la imagen hay discrepancias, pues mientras un relato dice que en 1684 un misionero franciscano, de nombre fray Pedro Narciso de la Cruz, junto con un grupo de indios, fundaron el antiguo pueblo de Parácuaro, perteneciente al reino de Michoacán y que su primer templo se construyó siete años más tarde; una placa colocada en una pared de este antiguo templo, con motivo del rescate de la torre, dice que se construyó en 1600.
Por tradición de la gente, se dice que en ese tiempo, hubo dotación de imágenes que -a decir de algunos- las trajeron de España. Fray Pedro recibió una de esas imágenes llamada “Jesús De Las Tres Caídas”, la cual fue bendecida y colocada en el templo que él mismo construyó.
En 1696 fue destruido por los indígenas purépechas, haciendo huir del pueblo a los otomíes y chichimecas, que lo habitaban, por no querer someterse a las leyes del reino de Michoacán.

En este contexto, se dice que ausencia del padre franciscano, dos hombres recién evangelizados, Francisco y José, viendo que los cristianos eran pocos y odiados, no podrían evitar un atentado contra el templo, optaron por mandar una carta al padre, que decía: “Estamos en peligro de morir y temiendo un sacrilegio, con el mayor respeto sacamos al patrón Jesús de las Caídas y como a 500 metros siguiendo el camino real que va a Valladolid formamos un escondite y escondimos la imagen, los vasos sagrados los tomamos, pero a rumbo a Querétaro los escondimos a la misma distancia. Padre estamos citados y obligados a pelear si Dios permite vivir buscaremos a Jesús de Las Tres Caídas y los vasos sagrados”.
Este relato señala que “los Tarascos rompieron el sitio del lado Sur y los pobladores huyeron despavoridos y derrotados, la guerra terminó con el pueblo de Vicaría, no sabiéndose más de donde quedó la imagen y los vasos sagrados; al regreso del fraile Pedro sólo contempló las ruinas de aquel lugar que fue su centro espiritual”.


El Ojo de Agua, donde fue hallada la imagen de "Nuestro Padre Jesús", en Parácuaro.


ENCUENTRAN LA IMAGEN POR CASUALIDAD EN EL AÑO DE 1834
Nadie más supo de la imagen, hasta 1834, que fue hallada por unos vaqueros de la Hacienda de San Cristóbal, según se señala en la placa que se colocó en el 2006, en Ojo de Agua donde se encontró.
El hallazgo ocurrió, en el lugar que hoy se conoce como el Ojo de Agua, el cual en ese tiempo -de acuerdo a este relato- no existía; se formó debido a la desviación de un arroyo, donde se formó un salto; ahí se juntaban los vaqueros a jugar tabas; uno de los mirones descubrió unas piedras rejoneadas con mezcla; pensando que podía tratarse de un tesoro escondido, las removieron y descubrieron la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús.
Una comisión de vecinos fue a Acámbaro a comunicar el hallazgo, el párroco ve difícil llegar al lugar por lo que sólo recomendó que se aseara bien el sitio, que ya no jugaran y se reunieran a rezar el rosario, haciendo responsable un día a cada vaquero.
Con el tiempo, el nivel del agua fue subiendo, hasta llegar al lugar donde permanecía la imagen, por lo que tuvo que ser trasladada a la troje del señor Joaquín Hernández, donde se le improvisó un altar y un trono, convirtiendo la troje en capilla, hasta que se construyó el templo actual cuya primera piedra se puso el 21 de febrero de 1914 y la bendición fue el 13 de mayo de 1925.


Los vestigios del antiguo templo de Parácuaro restaurado en 1994, bajo la dirección del IMAH.


VESTIGIOS DEL ANTIGUO TEMPLO
Con el tiempo, el antiguo templo se fue destruyendo poco a poco y en 1986 se derrumbó el segundo campanario, quedando prácticamente en ruinas.
Bajo la dirección del Instituto Nacional de Antropología e Historia, delegación del estado de Guanajuato, el Grupo Rotario de Apoyo de Fomento Vecinal de Parácuaro, restauró este monumento histórico y lo entrega a la comunidad para aumentar su patrimonio cultural, con fecha 3 de febrero de 1994, según datos plasmados en la placa que se colocó en una pared del antiguo templo, con este motivo.
De este templo, hoy sólo queda la vieja torre, una arco y algunas paredes, que fue lo que se rescató, después de haber recuperado el lugar, que lo habían convertido en un corral para animales.