sábado, 2 de noviembre de 2019
DÍA DE MUERTOS. ¿Por qué orar por los difuntos?
Los altares y ofrenda a los muertos tienen un sentido de trascendencia en la vida después de la muerte: Carlos Sandoval
AGP
Para la Iglesia Católica, la celebración de los Fieles Difuntos o Día de Muertos le permite recordarle a los fieles los tres momentos de la Iglesia de Cristo: la Iglesia Peregrina, la Iglesia Purgante y la Iglesia Triunfante. La primera es la iglesia de los fieles que viven en la tierra, la segunda es la iglesia que se encuentra purgando la pena temporal de sus pecados, y la tercera es la iglesia de los cristianos cuyas almas ya están gozando de la alegría del cielo.
El padre Carlos Sandoval Rangel, párroco del templo del Sagrado Corazón de Jesús, en Jardines de Celaya, explicó la diferencia de la festividad del uno de noviembre, Día de la Iglesia Triunfante, de las almas que ya están en la presencia de Dios; y la del dos de noviembre, Día de la Iglesia Purgante, de los fieles difuntos que están en proceso de purgar la Pena Temporal por sus pecados, antes de llegar a vivir la alegría del cielo.
Especificó que el uno de noviembre es el Día de Todos los Santos, que son todos los familiares, padres, hermanos o parientes, que fallecieron y están viviendo la alegría de estar en el cielo; son santos, aunque no hayan sido proclamados oficialmente como tales por la iglesia; son santos en la misma categoría de todos los santos.
El dos de noviembre, la Iglesia Católica celebra a los fieles difuntos de la Iglesia Purgante, que son todas las almas de los fieles, a quienes les fueron perdonados sus pecados por el sacramento de la confesión, pero tienen que purgar una pena temporal, dependiendo de la gravedad de sus faltas.
La pena temporal se puede saldar por la indulgencia plenaria que otorga la iglesia en determinadas circunstancias y requisitos o por la oración de los fieles de la Iglesia Peregrina, todos las personas que aún vivimos en la tierra.
De ahí la importancia de orar por los difuntos: si están en la Iglesia Purgante para que salden pronto la pena temporal de sus pecados, y si están en la Iglesia Triunfante para unirnos con ellos a la alegría de estar en el cielo.
Altar de Muertos tradicional en Oaxaca |
LOS ALTARES Y OFRENDAS A LOS MUERTOS
La costumbre muchas familias cristiana de poner altares a los muertos, en sus casas, para recordarlos, venerarlos y orar por ellos, expresan un sentido profundo de trascendencia en el más allá, en la vida eterna; en un lugar de luz para el espíritu.
El sentido de la otra vida es un sentimiento profundo del ser humano, independientemente de sus creencias; pero, para los cristianos tiene un sentido especial en la Resurrección de Cristo, explica el padre Carlos Sandoval.
Gozar de la presencia de Dios en la eternidad es motivo de alegría, a la cual nos unimos los cristianos vivos a través de la oración.
Foto de Yes |
RESCATE DE UNA CULTURA POPULAR
Los altares y ofrendas a los muertos es una tradición de la religiosidad popular, que se empezó a perder hace tiempo, por todos los cambios sociales y reformas en la misma Iglesia Católica; sin embargo, la tradición como tal, sacada de ese contexto religioso, se rescata como un valor cultural de los pueblos prehispánicos y de los pueblos indígenas que aún perduran.
Al respecto, el historiador Rafael Soldara Luna, director del Museo de Historia Regional de Celaya, comenta que gracias a la incursión del Halloween en nuestro país y principalmente en las escuelas, propició un movimiento de rescate de la tradición de las ofrendas a las muertos y los altares dedicados a los seres de ultratumba.
UNA TRADICIÓN DEL PUEBLO
El altar de muertos es un elemento fundamental de las tradiciones mexicanas del Día de Muertos. Los altares se instalan en las casas en honor a los muertos de la familia, donde se coloca la ofrenda, que consiste en comida, bebidas, velas, flores e incienso, entre otros elementos u objetos que usó el difunto en vida terrenal.
De acuerdo a analistas sociales e historiadores, los altares de muertos es el resultado del sincretismo de las creencias prehispánicas y las religiosas de la cultura europea, que trajeron los conquistadores y los misioneros españoles.
“Estos altares, producto del sincretismo religioso, guardan todavía una enorme similitud en elementos simbólicos y estéticos con los Tlamanalli (del náhuatl - Tlamana: ofrecer, -lli sufijo, "La Ofrenda"), elaborados por los grupos que aún guardan la tradición de los pueblos originarios”. (Wikipedia, la enciclopedia de contenido libre).
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